Para los propósitos de clasificación y comercialización, el índice máximo de impurezas permitido en la masa de granos es de 3%, establecidos en las ordenanzas de clasificación. Sin embargo, la condición ideal de almacenaje es la exención total de impurezas, pues constituyen un hábitat adecuado para el desarrollo de los insectos plaga, ácaros, bacterias y hongos.
Durante la carga, se acumulan en el centro y en las paredes de los silos o en los fundos de los graneleros tipo “V”. Una práctica recomendable para la solución parcial de este problema es la remoción de parte de la carga, del fondo para la parte superior de la masa de granos, con la remoción de una camada de aproximadamente 5 mm de espesor, removiendo toda la impureza concentrada y distribuyéndola, superficialmente, en la masa de producto. En el caso de los silos verticales se deben remover el centro (“tubo de impurezas”).
La concentración de impurezas, en puntos específicos de la masa, perjudica la distribución del aire durante la aireación, lo que generalmente se traduce en elevación de la temperatura y degradación de la calidad o pérdida total del producto.
La solución más adecuada para la reducción del tenor de impurezas es la instalación de una máquina de limpieza después del sistema de secado, permitiendo la operación denominada de pos limpieza.